Entendemos por malos tratos a personas mayores “cualquier acto u omisión que tenga como resultado un daño, intencionado o no, practicado sobre personas de 65 años o más, que ocurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro su integridad física o psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o percibido subjetivamente” 1.
Dentro de esta definición incluiremos, además del maltrato físico, el abuso psicológico, económico, sexual y la vulneración de los derechos fundamentales del individuo.
Las causas del maltrato son variadas y complejas, por lo que han sido objeto de debate en la literatura durante los últimos 25 años. Parece poco probable una única razón; a menudo deberán considerarse una suma de factores al abordar su estudio.
Es difícil estimar la prevalencia del maltrato a personas mayores, ya que el perfil de la víctima suele ser el de una persona incapacitada para solicitar ayuda, que presenta sentimientos de culpabilidad frente a su situación o que teme a las posibles represalias del cuidador, al que frecuentemente le unen lazos de gran dependencia. Existe una gran variabilidad de fuentes y de metodología en los estudios de prevalencia, aunque se estima alrededor de un 3-10% 2,3. No obstante, se sabe que es un problema social y sanitario en aumento debido al incremento de la expectativa de vida, los avances terapéuticos que prolongan la supervivencia en patologías crónicas y la pérdida de los valores familiares tradicionales, entre otros factores. Se cree que el aumento de incidencia ha sido de un 150% en los últimos 10 años y que se ha producido un incremento en la mortalidad derivada del maltrato.
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